Una imagen vale más que mil palabras. Por eso hemos querido empezar nuestra resaca personal del viernes en el SOS 4.8 con esta impresionante imagen. Toda esa marea humana se encontraba bailando, saltando y disfrutando del concierto de Two Door Cinema Club en el escenario Jägermeister. Nosotros nos subimos a los baños portátiles para tomar tal instantánea y poder disfrutar mejor del concierto. Y, por supuesto, no fuimos a los únicos que se les ocurrió esa genial idea.
Aunque, desde luego, el festival no empezó ahí sino por la mañana, o incluso un día antes, el jueves, tal y como contaremos en otra entrada del blog. El recinto del SOS 4.8 a las doce de la mañana poco tenía que ver con el de las doce de la noche. Al mediodía aún era poca la gente que se encontraba curioseando por los puestos del mercadillo o que se tiraban a la bartola en el césped y los cojines para disfrutar de las sesiones de los Dj´s. Virginia Díaz y Julio Ruíz, ambos de Radio 3, nos deleitaron con muy buena música indie mientras que esperábamos que llegase la hora de comer.
La temperatura acompañaba, no hacía el excesivo calor del año pasado pero pese a que el cielo se nublaba por momentos, no hacía frío. Por la tarde, después de haber comido un suculento pastel de carne (el mejor descubrimiento de todo el festival, si pasáis por Murcia otra vez…), hicimos cola en el auditorio para conseguir la entrada y la pulserita verde que nos permitía ir al concierto de These News Puritans, pero sólo para lucirla, porque ese concierto se solapaba con Vetusta Morla y, los de Tres Cantos, eran unos de nuestros favoritos ya que íbamos a vivir el primer concierto de su nueva gira. Esperamos que con nuestro afán de conseguir la pulsera del auditorio no le hiciéramos la ‘putadilla’ a nadie; aunque después nos enteramos de que a punto de empezar el concierto aún quedaban entradas en la taquilla.
El primer concierto que nos interesaba empezaba a las 19.45, creemos que demasiado pronto para ser The Kooks quien ocupaba esa franja horaria, así que hasta entonces teníamos tiempo de sobra para redescubrir el Mercadillo, curiosear los coches de choque (que aún no estaban abiertos al público) y disfrutar del Edificio Arte. Muy recomendable, sobretodo la sala dedicada a Nick Cave. El dato curioso del día fue nuestro encuentro con una periodista regional. Hacía breves entrevistas a los festivaleros en plan ¿Es la primera vez que vienes? ¿a quién has venido a ver? Tuvimos que contener la risa al ver que había apuntado en su cuaderno ‘The Cooks’ en vez de The Kooks… y con esto, nos desplazamos al escenario principal, el Estrella Levante para coger buen sitio para disfrutar del concierto de los de Brighton.
The Kooks ofrecieron un concierto de no más de 50 minutos y muy similar al del día anterior. Sí, has leído bien, el concierto del día anterior. (Si quieres saber cómo fue ese concierto tendrás que leer nuestra siguiente entrada!). Empezaron con un tema inédito y Luke Pritchard, vocalista de la banda, logró enloquecer al público con uno de sus temas más celebrados: Always where I need to be. Un concierto bastante bueno pese a las claras deficiencias de sonido del escenario Estrella Levante, razón por la cual el público no empezó a disfrutar hasta prácticamente la mitad del concierto. Tocaron gran parte de sus grandes éxitos y también canciones nuevas que dejaron algo fríos a los asistentes.
Por curiosidad, nos trasladamos a la carpa Jack Daniel´s, por curiosidad y porque empezó a lloviznar. Allí los murcianos Second estaban empezando un mini-concierto para abrir boca a su actuación del día siguiente. Buen ambiente en el que los asistentes no dejaban de bailar y corear sus canciones. Incluso nosotros, que no íbamos a verlos a ellos, salimos entusiasmados de su acústico, que, cuando se hace un acústico bien hecho se nota. De todos modos, esta mal decirlo, pero se notó que la banda jugaba en casa. Además los componentes de la banda tuvieron el bonito detalle de fotografiarse con todos aquellos que se acercaban con una cámara.
Eran prácticamente las 20.30 y el siguiente concierto que queríamos ver, Vetusta Morla, no empezaba hasta las 22.40. Decidimos pasear por el recinto, esta vez llenísimo de gente. Pasamos de largo por Triángulo de Amor Bizarro y Arizona Baby y nos metimos de lleno una vez más en la zona de Arte. No es por meter cizaña pero si no estuviste allí, realmente no viste el festival completo.
Y llegó la hora esperada, Vetusta Morla iba a empezar el primer concierto de su gira. Era la primera vez que iban a presentar sobre un escenario español las nuevas canciones de Mapas, su segundo trabajo de estudio. Había ganas y expectación por ver cómo reaccionaba el público ante las nuevas canciones. Tuvieron sus más y sus menos pero desde luego no defraudaron. Próximamente ofreceremos una entrada con una crónica bien detallada del concierto.
Una vez acabado el concierto de los madrileños, tuvimos que sortear con esmero a los rezagados para conseguir buen sitio en el escenario Jägermeister. El objetivo era ver a Two Door Cinema Club. Y como decíamos al principio de esta entrada, encontramos un sitio privilegiado: Imitando a otros festivaleros nos subimos a al techo de los baños portátiles sin importarnos que este se hundiera. Eso sí, el material es de buena calidad, ya que aguantó perfectamente algo más de los 100 kilos que suman nuestros dos redactores; además de sus saltos y bailes. Contundencia, destreza y afinidad con el público, de todo eso pueden presumir los irlandeses. Guitarrazos, pop bailable que hizo que nos quedásemos con ganas de mucho más. Desde nuestra vista privilegiada puede que disfrutáramos más de las reacciones del público con temas como What you want o I can talk, canción con la que cerraros su actuación y también prácticamente lo mejor del primer día del festival. Pese a que aún quedaban grupos como MGMT por hacer su aparición en el escenario.
Y llegó el momento para aprovechar y cenar en alguno de los muchos puestos de comida ya que muchos no habíamos parado desde que entramos por la mañana en el recinto. Nos dio tiempo a todo: cenamos, nos pasamos a ver a MGMT por el escenario principal y descubrimos que temas como Kids o Time to Pretend funcionan a la perfección pero que el grupo no acabó de convencer; volvimos a la zona de arte y nos disgustamos cuando la organización nos echo a las 2 de la mañana porque nuestra particular atracción de feria cerraba sus puertas a esa hora. Cosa que no entendemos ni compartimos teniendo en cuenta que el festival finaliza sobre las 6 de la mañana… Por fin pudimos montar en los coches de choque y disfrutar a carcajadas con nuestras persecuciones intencionadas.
Un 10 de nota para el buen samaritano que avisó a un chico de que se dejaba olvidado el Iphone encima de una mesa… Otro 10 para los festivaleros en general, parecía que todo estaba permitido, como eso de subirnos a los baños. Incluso nos ayudaron a subir ahí arriba sin pensarlo dos veces. Y un claro y rotundo 0 para el policía que estaba poniendo una multa a la salida del recinto. Hay que saber que se está celebrando un festival y que se aparca donde buenamente se puede. El buen rollo entre los festivaleros era generalizado, peso a las horas que eran y pese a saber que muchos ya llevaban más litros de alcohol en sangre de los que deberían, no hubo ni peleas, ni nada que pudiera producirlas.
Lo mejor del festival:
- El gran acierto en tapar la fuente que hay al lado de las sesiones de Dj´s instalando una tarima que permitía que los festivaleros pudieran bailar a sus anchas.
- El cambio de ubicación del camping hacia un lugar, no sabemos si mejor, pero sí por lo menos con sombra.
Lo peor del festival:
- Que el mercadillo no estuviese listo hasta bien entrada la mañana, e incluso la tarde. El puesto oficial del SOS 4.8 no tenía todo su merchandaising disponible hasta por la tarde, y muchos de los puestos estaban aún montándose a la una de la tarde.
- Que una de las grandes novedades de este festival fueran los coches de choque y que no funcionases hasta bien bien entrada la tarde.
- Otra de las cosas que se tienen que mejorar para el año que viene es el ámbito de la telefonía móvil! La red estaba sobrecargada y era dificultoso comunicarse.
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