The kooks
Secret Show Pre-SOS 4.8
Aforo, unas 100 personas
Un día antes de lo esperado, los ingleses The Kooks aterrizaban en Murcia para ofrecer un concierto sorpresa al que sólo se podía acceder mediante una invitación conseguida en un concurso de internet organizado por el SOS4.8 esa misma mañana.
El lugar elegido, la sala 12 y Medio. Hasta allí nos desplazamos Los Lunes No Existen para ver como se desenvolvía la banda en un recinto mucho más pequeño de lo que es habitual en ellos.
Y siempre lo diremos, el problema de un concierto gratis, es que es un concierto gratis. Si hay que pagar va a ir quien realmente esté interesado; si tienes una invitación y te da un poco igual el concierto, o no creas ambiente o igual ni vas. Y eso fue lo que pasó.
A las 11.30 de la noche, la hora programada para el inicio del concierto tan solo la primera fila estaba ocupada. La sala prácticamente vacía. Nosotros aprovechamos para conocer la planta de arriba, pedirnos unas copas, pasar por el baño...y aun así el concierto le vimos en segunda fila.
Pasadas las 12 aparecieron los 4 de Brighton y empezaron, todo sea dicho, con muchas ganas, tocando uno de los temas que formarán parte de su próximo album, Is it me? Realmente la gente quería escuchar los éxitos más conocidos de la banda, pero como suele pasar cuando un grupo tiene casi grabado un nuevo disco, el cuarteto optó por ir mezclando temas inéditos con temas conocidos.
El primero de ellos no se hizo esperar y la segunda canción que sonó fue Always where I need to be, en el que su cantante Luke Pritchard pareció volverse loco por momentos mientras el público coreaba el "do dodo do dodo do...".
Pero fue el único momento en el que la mayoría del público lo dió todo. Eso lo veíamos nosotros desde la segunda fila, y sobretodo, eso lo veía el grupo desde el escenario.
Saboteur fue otro de esos temas inéditos que no caló en el público y fue lo que terminó por quemar a la banda, que después de Stormy Wheather, y aunque desde nuestra posición podíamos ver que en el setlist había tres canciones aun por tocar, decidió sin despedirse no volver a salir aunque la sala pidiera los bises a grito de "We want more".
Pero no hubo more esa noche y nos fuimos de allí con una sabor de boca extraño. Si bien es verdad que en determinados momentos lo pasamos muy bien y nos sentimos privilegiados por poder estar en ese concierto para unas 100 personas, que no llenaron la sala, lo cierto es que no acabó de cuajar la conexión entre público y banda.
Y feo el detalle de comerse los bises para terminar de empeorarlo, que por si a alguien le interesa eran One last time, y sobre todo Down to the market y Sofa song, dos canciones muy disfrutadas al día siguiente, ya en el festival, y que podrían haber hecho que la gente saliera con otra cara del 12 y Medio.
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